jueves, 28 de julio de 2011

Regata Transatlantica TR 2011 Newport-Cowes









Llegue a Newport el 21 de junio. El día siguinte, me toco ir a hacer un curso de seguridad y supervivencia en el mar. Era un requisito para la regata que haya un % de la tripulación que lo haya realizado. Fue muy bien dado, practico y por suerte, poco útil. Estuvimos apagando incendios, prendiendo todo tipo de bengalas y lo que me pareció mas interesante fue la práctica en la pileta, en la cual hicimos ejercicios de supervivencia con el traje de agua puesto para permanecer flotando solo o en grupo, y luego ejercicios con la balsa salvavidas, como destumbarla, inflarla en el medio del mar, etc.
Después de dos días de curso intensivo nos quedaron dos días para continuar preparando el barco. Si bien el barco acaba de llegar de hacer 10.000 millas desde Nueva Zelanda, todavía había que armarlo  para la  regata, chequear toda la maniobra, vaciarlo todo lo que se podía, acomodar todas la nuevas velas y estibar una cantidad de comida extremadamente exagerada para 12 personas para 20 días (parecía que se venia el fin del mundo).
El ante ultimo día antes de largar se realizo un cóctel en el New York Yacht Club, donde solo se podía entrar obligatoriamente con saco azul y corbata. La recepción se hizo en el parque del club donde se podían apreciar los ex-copa americas y clase J fondeados y en el bahía estaban navegando unas goletas clásicas con velas cangrejas, que salían todas las tardes. En la ceremonia fue emotiva donde presentaron a todos los barcos con sus tripulaciones. Nuestra tripulación fue un mix, ya que había 4 Alemanes, 4 Argentinos, 1 Suizo, 1 Ingles y 2 Norteamericanos.

La noche anterior a la zarpada, como generalmente suele pasar, nos quedamos trabajando hasta altas horas de la noche, haciendo los últimos preparativos que nos faltaban como colocar las burdas, que se tuvieron que reforzar y otros trabajos menores.

La largada fue enfrente de Castle Hill  Lighthouse http://www.panoramio.com/photo/41699904?source=wapi&referrer=kh.google.com   donde vinieron varios barcos a despedirnos, entre ellos el Bolero, Sumurun, y todos los otros participantes de la regata que largaban días después. Cruzamos la linea en ceñida  y luego tiramos unos bordes para poder virar algunas boyas. A las pocas millas después de largar vino una niebla intensa, donde ya perdimos a todos los contrincantes. Lo único que encontramos fue un buque de repente que tuvimos que virar inmediatamente para evitar la colisión, lo llamamos por radio pero increíblemente nadie del buque respondió.
Las guardias en el barco las dividimos en tres de 4 personas. Una en cubierta navegando, otra en stand by si había que hacer alguna maniobra o cambio de vela y otra descansando. El sistema de guardia funcionaba bastante bien, ya que había que compartir las cuchetas entre 3 personas, lo bueno es que siempre la bolsa de dormir estaba calentita. La guardia mía me toco con Peter (argentino), Bodo (Alemán) y Daniel (Suizo). Algunos al principio parecía que habían sacado pasaje en primera, pero al final todos colaboraban un poco con las tareas de abordo. Con 12 personas el barco se puede transformar un caos en segundos. Hubo que organizarse muy buen con las comidas, limpieza y orden, que por suerte siempre tuvimos buen tiempo, que hacia que no estemos mojados adentro con agua de mar y el barco no este escorado por demas y que vuelen todas las cosas. Los primeros días tuvimos vientos leves, entre ceñida y un descuartelar. Al tercer día se empieza a franquear con mas de viento, haciendo de promedio entre 9 y 10 nudos de velocidad, estábamos por arriba de las 200 millas diarias. Veníamos con  spinnakers las 24hs, hasta que una noche el barco se trasluzco, con las 5 velas arriba. Toda la tripulación salio a cubierta inmediatamente, el barco estaba acostado con la mayor agarrada a la retenida, tanto el cuchillo y el spinnakers volando por los aires. Bajamos en cuanto pudimos el spinnakers y pusimos el barco a rumbo devuelta a Cowes. Por suerte no se rompió nada y se volvió todo a la normalidad. Ni bien amaneció volvimos  a poner todos los trapos arriba. El Nordwind avanzaba y parecía que la regata se nos acortaba. Luego de unos días con buen viento, la felicidad se nos empezaban acabar,  se nos fue amainando hasta que el océano Atlántico se hizo un aceite. Ya ni los delfines y ballenas venían a acompañarnos cuando hacíamos un nudo y medio de velocidad para cualquier lado. En la plena calma tuvimos que bajar las velas, ya que el movimiento del barco por las olas que quedaban las hacían gueardeapear pareciendo que iban a explotar. Lo mas lindo que pudimos apreciar en esos días eran las noches, donde se veía la luna llena reflejada en el océano con una paz increíble.
Lentamente el viento fue apareciendo y fuimos poniendo velas. Dos días antes de llegar estábamos ya haciendo mas de 8 nudos de promedio. Ya no bajamos nada de vela. Queríamos llegar adelante de los otros barcos de nuestra serie. Sabíamos que estábamos todos a pocas millas de la llegada. La ultima noche ya nadie podía dormir, íbamos llevando la nave al máximo que podíamos, trimandola como si fuera una regata triangulo. Al amanecer ya pudimos ver tierra firme. Cruzamos la línea de llegada después de 18 días y 12horas. Por supuesto Inglaterra nos recibió con su sol esplendido de 2 minutos y lluvia por el resto del día. Después para llegar a Cowe tuvimos unas 150 millas mas, pero fueron relajadas y ya saboreando la bajada a tierra que sabíamos que teníamos un cóctel de recibida.
La noche siguiente tuvimos el honor de hacer una cena con toda la tripulación en el Royal Yacht Squadron que es uno de los clubes más exclusivos, así que otra vez a ponerse el saco y la corbata. Al terminar la cena para hacer el contraste nos fuimos al típico bar Ingles donde estaban todos los marineros.

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